feb
23,
2023
En la búsqueda de un presente que emocione, guste y sea realmente inolvidable, las joyas suelen encontrarse entre los primeros lugares. Pero, si, ...
En la actualidad, nadie duda de que las alianzas de bodas representan uno de los símbolos más populares y conocidos por nuestra cultura. Dan a entender la unión amorosa que se establece libremente entre dos personas. Es el objeto que encierra el compromiso para aquellos que van a contraer matrimonio, es decir, la unión física y espiritual entre dos amantes.
En sus inicios paganos, este símbolo de unión tenía una clara referencia a la actividad sexual, como cabe imaginar, por su forma geométrica y la introducción del dedo en su interior. En cualquier caso, es, sin lugar a dudas, una de las tradiciones humanas más antiguas que han permanecido durante el paso de los siglos en un buen número de culturas y sigue vigente en la actualidad.
Como ocurre con multitud de costumbres actuales, los orígenes de los anillos de boda se remontan a la época de los grandes faraones egipcios, que como se conoce eran expertos orfebres. Ya en aquellos tiempos, en la edad de bronce, dominaban el arte de la joyería, muy utilizada para la creación de amuletos y elementos mágicos de todo tipo, relacionados con la religión y la muerte.
Sin embargo, el anillo tenía un significado más festivo. El círculo representaba para ellos el principio sin final que debe representar el amor. En esta época poco importaba que la alianza estuviera hecha de ricos materiales como el oro. Se deposaba del mismo modo si el anillo era de madera, cáñamo, marfil, hueso… lo que importaba era lo que representaba, que no era otra cosa que la entrega de todas sus posesiones.
Sí que es cierto que, para las familias nobles, estos anillos tomaron unos diseños más elaborados con la utilización de metales nobles, demostrando la buena calidad de sus expertos orfebres. Algunas alianzas llegaban a esmaltarse con vidrio, oro, e incrustaciones de piedras preciosas y semipreciosas.
Es muy posible que el pueblo egipcio comenzara con esta tradición que fue adaptada, modificada, pero, en esencia, mantenida por el resto de civilizaciones posteriores.
Las tradiciones del antiguo Imperio Romano cuentan que para la alianza llegaban a utilizar anillos con sello. Este servía para representar la entrega del esposo a la esposa en prenda, haciendo ver que era ella, la que, a partir de ese momento, custodiaba su hogar.
Y es que el anillo, además de cumplir con una función estética y representativa, también se utilizaba para que la mujer pudiera sellar las pertenencias del hogar. Era una práctica habitual asegurar cajones, baúles, arcas y muebles de la despensa para evitar el robo de víveres por parte de los esclavos.
De esta civilización se extrajo la idea de colocar el anillo de bodas en el dedo anular, que es donde comienza la vena amoris o vena del amor. Se trataría de una válvula que une el corazón con este dedo, siendo el motivo por el que se coloca, aún hoy día, la alianza en este lugar y no en otro.
Si pensabas que esto era una costumbre occidental o de los pueblos del mediterráneo, te equivocas. También en la China Imperial se llegaron a utilizar las alianzas para dar sentido representativo a la unión entre un hombre y una mujer que se aman y quieren compartir la vida en comunión. Y, también, como nos heredaron los romanos, este anillo se colocará en el dedo anular.
El motivo, en este caso, es que, para esta cultura ancestral, cada dedo de la mano tiene un significado propio. De este modo, el dedo pulgar representa a los padres, el índice a los hermanos, el corazón a uno mismo, el anular a la pareja, y el meñique a los hijos.
Tuvieron que pasar alrededor de 500 años, ya dentro de la era cristiana, en el año 860 dC., para que los cristianos comenzaran a utilizar estos elementos ceremoniales para las celebraciones de los matrimonios. En un principio se utilizaron con motivos grandilocuentes, por lo que la iglesia los declaró paganos. Ya en el siglo XII, con diseños más sencillos, se volvieron a utilizar para las bodas.
El paso del tiempo hizo que este elemento entrase a formar parte de modas y tendencias, aunque estas tuvieran un periodo de duración más elevado que las actuales. Durante la época del renacimiento (del siglo XV al XVI), se escribían versos de poemas, al principio en el borde exterior y, posteriormente, cuando se fueron volviendo frases más íntimas y personales, pasaron al interior del anillo.
Este cambio, más allá de una simple moda, nos marca el cambio de mentalidad de la sociedad, el paso de los matrimonios de conveniencia al del amor verdadero.
En la actualidad existen tantos diseños y materiales en las alianzas de boda como personas. Y, aunque la media caña ha liderado, indiscutiblemente, estos anillos durante el último siglo, este modelo se está quedando obsoleto. En la actualidad, ha aparecido nuevos materiales, acabados, perfiles, grabados… las posibilidades a día de hoy son enormes.
Desde anillos de oro amarillo, oro blanco, rosa o rojo, mate, de titanio, liso, con surcos ondulados, con diamantes, con hendiduras, con dibujos, con frases… existen opciones para todos los gustos y necesidades.
En relación a las últimas tendencias de alianzas de boda, son las finas y con diamantes, de estilo minimalista, siempre elegantes las que, en los últimos años, incluido este 2022, se han convertido en las más populares. Si los diamantes se combinan con oro blanco o rosa, se estará eligiendo lo más rompedor del momento.
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